Mami, si lo que quieres es que te lo metan con saña, que te partan como te gusta, aquí estoy yo, el macho costeño que te va a dejar esa cuca palpitando.
Te abro de patas sin pedir permiso, te meto la lengua hasta que chilles, y después te entierro esa verga gruesa hasta que llores de placer.
Aquí no hay besitos románticos, aquí es palo, sudor, gritos y leche. Te voy a dejar con el toto ardido y una sonrisa de oreja a oreja.
¿Qué te tengo?
Verga gruesa y dura, pa’ que sientas cómo te llena.
Lengua salvaje, te la chupo hasta que te orines si quieres.
Te parto en cuatro, encima, de lado, de pie, contra la pared, como se te antoje.
Te jalo el pelo, te escupo, te aprieto el cuello si eso es lo que te prende.
Te baño en leche si quieres, en la cara, en las nalgas, tú dices.
Si quieres que te acompañe a un evento, voy elegante, pero después te rompo en la cama.
¿Quién soy?
Blanco costeño, con cuerpo fuerte y manos de macho que sabe agarrar.
Vergón, con bolas llenas, pa’ que te vayas mojadita y llena.
Callao, discreto, porque el que culea bien, no alardea.
Así que, mami, déjate de pena. Tú lo que quieres es que te revienten como es. Escríbeme y cuadramos pa’ dejarte con las piernas temblando. ¿Vas o qué?
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